martes, 1 de marzo de 2011

SOLO


INTRODUCCION

Esta es la historia de Juan un chico de barrio, poeta y Scout.
Un Joven que hacia una vida normal como todos los  chicos de su edad (trabajaba, los viernes salía con sus amigos, tenía novia, los sábados concurría a los Scouts y los domingos se los dedicaba a su familia).
Hasta que un día lo asaltaron y de hay en mas todo cambiaria y ya nada volvería a ser igual.
 
SOLO

CAPITULO 1

Es difícil ponerse en los zapatos de la otra persona en situaciones tan límites.
Y creo que muchas veces la única forma de entenderla es vivirlo en carne propia.
Quizás te sientas atormentado por la situación, con ataques de pánico e incomprendido por la sociedad que al no entender del tema en vez de ayudarte decide abandonarte.
Son esos momentos en los que vas a sentir como corre por tu cuerpo esa transpiración fría que viene acompañada de esa inseguridad que tenes de estar solo en la calle y que en el único lugar que te sentís seguro es dentro de tu casa.
Hay es cuando uno se da cuenta que necesita ayuda y ojo no es de cobardes pedirla al contrario es de valientes.
Cobarde hubiese sido quedarse sentado todo el día (no por voluntad propia) y ver pasar las horas y los días.
Así fue como mis padres decidieron no dejarme en banda y fuimos golpeados puertas por diferentes hospitales.
Recuerdo que ese año pase Navidad con mi familia, y el 26 de ese mes empecé mi tratamiento en Hospital de Día.
Por ese entonces todavía tenia amigos y novia. Me acuerdo Que mi papa me regalo un rosario que por el tamaño entraba en la muñeca de mi mano.
Y cuando me sentía angustiado y con miedo me dirigía hasta la capilla del hospital y me ponía a rezar hasta que se me pasara la angustia posteriormente lo tome como un hábito el ir a rezar todos los días.
Por otro lado mantenía un contacto vía mail con un cura amigo el cual me entubo desde el lado de la religión siempre dándome fuerzas para que siga adelante con el tratamiento recuerdo que siempre me decía que me tenia presentes en sus oraciones.
Otro que estuvo siempre vía mail y mensaje de texto es mi mejor amigo de secundaria.
Tampoco quiero olvidarme de mi prima que estuvo al pie del cañón en los momentos más difíciles del tratamiento.
Son en estos momentos cuando te das cuenta quienes son tus verdaderos amigos (y a veces auque duela uno los cuenta con los dedos de la mano y no llegan a diez).
¿Y los demás?  A medida que iba progresando en el  tratamiento muchos me fueron dejando de lado hasta me dejo quien fuera por entonces mi novia.         
Las veces que mi papa me acompañaba por las mañanas al hospital siempre me invitaba a desayunar en la confitería y como la cocina nos quedaba de paso retirábamos el desayuno para mis compañeros (generalmente era pan, azúcar, leche en polvo y saquitos de te y mate cosido).
Ya por el mediodía salía del hospital y me dirigía hasta el locutorio (que estaba en frente del mismo) para llamar a mi mama.
Para mi era muy importante recibir (auque sea por teléfono) las palabras de afecto que ella me trasmitía.
Ya por las tarde me dirigía a la parroquia de mi barrio a darle una mano en el merendero.
Yo era el encargando de trasladar las cajas de leche desde donde se guardaban y las llevaba hasta el lugar donde los chicos merendaban. Y posteriormente merendaba con ellos.    

SOLO

CAPITULO 2

Generalmente almorzaba en el hospital (según los médicos esto me servia para sociabilizarme) y posteriormente me retiraba a mi casa. Dormía la siesta y si me sentía con ganas y ánimo me ponía a escuchar música y me refugiaba en mis poesías.
De vez en cuando entre taller y taller con mis compañeros cruzábamos hasta el bar de enfrente y aprovechábamos para tomar un café charlar y cambiar un poco el ambiente.
Otra de las costumbres en Hospital de Día era festejar los cumpleaños, la Navidad, el Año Nuevo y las altas de nuestros compañeros (que posteriormente pasarían a consultorios externos).
Generalmente para estas ocasiones se compraban cosas saladas (palitos chizitos, papa fritas, etc) y bebidas sin alcohol  
De vez en cuando organizábamos con mis compañeros salidas fuera del horario de Hospital de Día por ejemplo una vez nos pusimos de acuerdo para ir al cine a ver una película.
Un año y medio mas tarde mi caso termino en manos de otro profesional y de hay en mas mi tratamiento dio un giro de 180°.
Ya estabilizado mi primer desafío era el siguiente: de los siete días que tiene la semana yo tenia que intentar salir tres (lo único que tenia que hacer era dar una vuelta manzana a mi casa).
Y así fue el primer día tenia un poco de miedo pero quería lograr ese objetivo mi objetivo que era dar esa vuelta alrededor de mi casa.
Cuando pegue la vuelta sentí la fría brisa del viento y el olor de los árboles y mi sensación fue de Libertad y poder decir Estoy Vivo.
Posteriormente y después de dos años en Hospital de Día pase a consultorios externos.
Este mismo profesional recomienda que seria muy positivo para mi tratamiento que en mi casa pusieran Internet (por medio de la Banda Ancha) y que también seria positivo incorporar a mi tratamiento un Terapista Ocupacional.
También remarca la importancia de que estaría bueno (en la medida de lo posible) editar su libro de poesías (el cual Juan había escrito antes del asalto) y así fue como en el 2006 se edita La Pluma (Poemas de amor para leer de a dos) por la Editorial El Escriba
Hoy cuatro años mas tarde Juan sigue en tratamiento y volvió a escribir después de mucho tiempo y el profesional que logro sacarlo a adelante lo autorizo para que vuelva a los Scouts para sociabilizarse.       

  
TU LOCURA

Nunca fue fácil
pero creo en tus ojos.
Es tan frágil
depender de todo.
Y cómo explicarte
desde el encierro
cuanto miedo da salir
a ese mar de dudas.

Ya no hay más que hacer,
sos tu propia ayuda,
ahora anda y viví
yo siempre amé tu locura.

Ya no hay más que hacer,
sos tu propia ayuda,
ahora anda y viví
que siempre amé tu locura.

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