Hay momentos que no voy a olvidar recuerdos que me quiero llevar (decía Fito Páez). Pues bien acá no es la excepción tengo recuerdos (pequeños gestos) que se transformaron en grandes gestos. Realmente son muchos pero como no quiero olvidarme (y espero no olvidarme) porque los llevo guardados bien adentro de mi corazón. Solo me voy a tomar el atrevimiento de nombrar dos recuerdos (a lo sumo tres). El primero tiene que ver con lo cotidiano el acompañamiento de quien fuese mi novia (nos veíamos todos los viernes y aparte de salir me acompañaba al ciber para que yo chequeara mis mail). Siguiendo con el mismo tema ella estaba presente en las fiestas (tanto en Pascua Navidad y Año Nuevo). Y permítanme detenerme en estas dos últimas. En Navidad: nos juntábamos el 8 de diciembre para armar el árbol de Navidad con mi familia y ella. Y en Año Nuevo ella me llamaba a las 12 en punto (para aunque sea por teléfono (estar presente en el momento en que se brinda por el nuevo año) y así vuelvo a repetir por teléfono unir a nuestras familias en ese momento mágico y único en el que se desea Feliz Año nuevo
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